¿Por qué aún amamos el antiguo sistema?

El antiguo sistema no era perfecto—pero era honesto

Crecí en Chicago viendo partidos de clasificación de la Copa en sábados nocturnos con mi padre, un afroamericano que citaba estadísticas antiguas como escritura sagrada. Entonces, los equipos se clasificaban por mérito. Ahora? Es sobre proyecciones de ingresos y acuerdos televisivos disfrazados de ‘progreso’. La FIFA expandió a 48 equipos—y perdimos el drama.

Cinco señales que te estás perdiendo

1. Desaparición de la regla de goles de visitante — Europa abandonó los empates por diferencia para ‘equidad’, pero los reemplazó con sorteos aleatorios por ronda que dan ventaja a los favoritos. ¿Coincidencia? O cálculo.

2. La clasificación ‘pre-qualificada’ — En vez de equidad geográfica, ahora tenemos anfitantes ‘pre-qualificados’ que saltan caminos competitivos como patrocinadores corporativos entrando en estadios.

3. El mito del número mágico — Todos hablan de ‘32 equipos como ideal’. Pero añadir una ronda extra? De pronto, no es sobre talento—es sobre ingresos por minuto.

4. Rebranding de la Euro League — La UEFA no arregló el sistema; fusionó conferencias en una única vaca rentable llamada ‘Euro League’. El campeón original fue reemplazado por un algoritmo diseñado para clics—not coronas.

5. El golpe silencioso en años consecutivos — En 2026, las clasificaciones se movieron de junio a noviembre para que los transmisores monetizaran juegos en diciembre. Eso no es programación—es vender tu alma a plazos.

El verdadero ganador no es quien crees

Extraño cuando Brasil y Argentina jugaron mini-batallas bajo luces fluorescentes en estadios—porque antes, no se trataba de quién anotó más… sino de quién todavía creía en el juego.

No necesitamos más equipos—necesitamos más verdad.